viernes, 12 de abril de 2013

Diario, March 20, 2013


Sigo con Cortázar, con sus cuentos, que los oigo más que leerlos. ¿Qué diferencia a este autor del boom de los otros? Me parece que es el más existencialmente comprometido con su escritura, escribe desde las vísceras, no desde la mano, únicamente…

De Cortázar leí, compré para leer más bien, y leí, y luego devolví, unos Papeles inesperados; en el libro una crónica sobre las becas y becados en la Isla de Pinos hacia 1975 o 1976. Me pereció, al momento de leerlo, una crónica escrita con la inocencia del que ama a tiempo y a destiempo. Nunca me dio por becarme; hice y deshice; tuve una educación secundaria y pre-universitaria muy accidentada, para llevarme suave, pero nunca becarme… no sé… En especial, esas becas de Isla de Pinos, cuarenta y cinco días sin salir de pase, una especie de escuela al campo múltiple si se tiene en cuenta que cada escuela al campo duraban cuarenta y cinco días… esas becas de la Isla eran, según contaban, terribles… Ese experimento de becas y escuelas al campo rindieron muy pocos buenos frutos y tuvo mucho de jodido… quizás ahí esté la raíz, o una de las raíces, de tanta podredumbre, de tanto descompromiso, de tanto resentimiento…

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