miércoles, 24 de octubre de 2018

Fastidio y deber


Incomoda ocuparse de estos asuntos menores forzados al primer plano por el odio y el rencor. Atenazados como están, los odiadores, por la amargura de su derrota irredimible —no por derrota, quizás el más común destino humano, a point of no return, sino porque se obstinan en hacer de ella blasón, festinado, de todas sus frustraciones, confirmación de todas sus equivocaciones, perversión de todas sus obsesiones. Oportunistas de toda ralea, a la caza de cuanto les parezca que pueda justificar sus fines por cualquier medio, se empeñan en mostrar un video artesanal de apenas minuto y medio como último y definitivo alegato contra la presunta violencia policial en Cuba que, visto bien y analizado mejor, pudiera ser, como tiro salido por la culata, si no un homenaje a las fuerzas del orden en Cuba, sí evidencia de que la tal violencia es apenas una serie torpe y aleatoria de escaramuzas sin peores consecuencias, en las que, por momentos, la misma policía parece ser la víctima. [De haber ocurrido esto en cualquier ciudad de los Estados Unidos, esos ciudadanos, tanto los que parecen ser el centro del conflicto como quien graba la escena, podrían estar muertos: a los agentes de policía de por acá no les tiembla el pulso de cowboy a la hora de disparar, ellos mismos parecen sacados de una película de ciencia ficción, con toda esa parafernalia que exhiben y los brazos cubiertos de tatuajes, cuando se sienten no ya agredidos, sino tan solo desafiados en su soberbia autoridad, máxima  e indiscutible, de ejecutores —nunca mejor empleado el sustantivo— de la ley.]

Molesta ocuparse de estos asuntos infames que sólo consiguen menos, mucho menos, que esos (in)famous fifteen minutes of fame—unos likes, algunos shares, otros tantos thumb ups, quizás en el orden de los miles, de esos "miles digitales" que cuentan tanto en el entramado emocional de esos que, tan faltos de afecto como abundantes en efectos especiales, se dedican a convertir en viral—incomoda y molesta usar ese lenguaje de barricada virtual que trasunta tanta simpleza como cobardía— cualquier cosa que les parezca que puede desnudar al régimen, incluso ese video casero sin otras pretensiones que mostrar lo aguerrido que son esos documentalistas en que se han convertido todos los que portan una tecnología apta para digitalizar la realidad y después "subirla" a cualquiera de esas plataformas virtuales en las que parecen que hoy viven, se mueven se soban unos a otros el necesitado ego tantos exiliados de la verdad. El arte como patrimonio de todos—tal parece que las consignas de ayer mudaron en estos eslóganes de hoy. En el arte democrático, lo estético no cuenta y cualquier escrúpulo ético sobra.

Irrita ocuparse de estas manipulaciones groseras, captadas y transmitidas con una tecnología que, en su aparente neutralidad, coarta la posibilidad misma (por no hablar ya de la voluntad) de captar la complejidad de los procesos sociales, y que, en vez de ello, alimenta la mistificación de la realidad, engordando las cuentas, nada virtuales, de los genios (de humo), amancebados en valles californianos y edificios corporativos, entre si y para si, rodeados de  chips y devices como en la antigüedad, de botín, los bárbaros. 

A la máxima leninista sobre la testarudez de los hechos habría que añadir la innegable verosimilitud de las imágenes, su valor ante el desgaste del lenguaje oral y escrito, ese everyday speech desprovisto de significado, amplificado por el torrente mediático que adormece no sólo las conciencias, sino los cuerpos, haciéndolos tan imprecisos como etéreos. Los hechos que narra el video de marras: unos policías detienen a alguien, el documentalista graba lo que llama agresión a los ciudadanos de Jatibonico y se burla de uno de ellos, míralo, con la lágrima —parece referirse a un tatuaje—, mientras pide a otros agentes que hablen y que lo golpeen mientras graba para su privada posteridad el incidente; la toma acaba en un forcejeo. Informes posteriores indican que el hacedor del video "quedó detenido" cuando "se disponía a denunciar a los policías", de lo que se colige que no fue arrestado en el momento del incidente.

Al margen de las arbitrariedades de unos y las estupideces de otros, el incidente en cuestión habría pasado desapercibido para cualquier medio de prensa que no sea uno de los tantos timbiriches desinformativos que han proliferado en los últimos años en los nuevos campamentos de entrenamiento, las nuevas ciénagas, los nuevos Everglades, reales y virtuales, de la siempre patética, ridícula, vulgar, bufa contrarrevolución cubana—pues no sería rentable para la credibilidad de esos otros medios (incluidos aquellos que tienen como política tergiversar sistemática, enconadamente la realidad cubana, como El País, de España, vanguardia de la desidia y la desinformación cuando se trata de Cuba[i]) presentar como noticia lo que no pasaría de incidente menor y rutinario en cualquier municipalidad o barriada de cualquier ciudad del mundo desarrollado o no. Pero sucedió en Cuba, y ello atiza la imaginación cómplice de quienes no pueden soportar que exista, con derecho propio, un lugar en este mundo en que el mercado sea subalterno y no soberano, de quienes, sin saberlo, se apenan de su propio raquitismo, de su endeblez. Sucedió en Cuba y eso es suficiente para que la "civilización" se sienta amenazada en sus cimientos, una "excusa" más para mostrarnos cuán equivocados están los otros, cuán dichosos somos de vivir en una democracia.

Incomoda, molesta, irrita ocuparse de estas cosas que, de tan insignificantes, se desvanecen en el aire antes siquiera de alcanzar un mínimo de solidez, pero que les llenan los bolsillos a algunos y los embarga con esa felicidad barata que, de tan fugaz e insostenible, apenas justifica el esfuerzo.

Pero hay cosas que son de justicia y decencia elemental, y aun cuando se quiera estar lo más lejos posible del lodazal, la penosa fabricación de los hechos no deja otra alternativa que hacer aquello que alguna vez nos molestó que se nos impusiera, pero que hoy nos imponemos nosotros mismos hacer: salirle al paso, con el pie izquierdo.



[i]Quien lo dude, que tenga la cortesía de leer Cuba, the Media, and the Challenge of Impartiality, de Salim Lamrani, y de disputar las verdades documentadas en ese libro. 

jueves, 11 de octubre de 2018

A ambos lados del dolor: soliloquios paralelos

Wed, Jul 4 [2018], 4:54 AM

C: La salud de mi madre se ha venido deteriorando rápidamente. Lo de la operación ya había sido descartado hace tiempo, y ahora ya es tarde. Prácticamente no tendré tiempo salvo para estar con mi madre... Salgo hoy a las once de la mañana.

Presagios que apuras afuera, que no concibes, que nunca estuvieron ni en tus cálculos más realistas... Ver, ahí, el cuerpo que alguna vez fue joven y sano, que se apuraba en las tareas y descansaba en el portal, el balcón, el muro, el quicio de la puerta. Presagios en forma de imágenes y visiones, que esquivan las palabras, porque las palabras duelen por demasiado trasparentes... Hay trasparencias que desesperan por lo que cifran de vacío. Te haces fuerte, porque en ti está la sobrevivencia de la especie que alguna vez fueron ustedes, cuando todo parecía tan lozano y eterno como la vida misma, como la esperanza que sientes los sábados en la mañana de los ayeres. Solo, te sabes cada vez más solo, y te adelantas, en la de hoy, a la soledad, aun mayor, de mañana.

Thu, Jul 5, 9:09 PM

H: De vuelta en casa. ¿Cómo sigue la vieja?
C: ... Nada bien...

Sat, Jul 7, 8:10 AM

C: La vieja algo aliviada por el nuevo calmante...

8:16 PM

C: ...demasiado enredado con mi madre y agotado. La situación es delicada.

Aquellos presagios de ayer... vienen y van, te hacen más viejo y te dejan más solo. Sientes todo el peso del mundo en las noches de vigilia... vanitaspeccata mundi. Conversaciones que no hacen otra cosa que llevarte a ansiar estar más solo, con tus recuerdos, los de ella, los de ustedes y los de los demás. Memorias que pasan como fotogramas —a veinticuatro por horas, en cámara lenta, y te detienes en cada una de ellas, un rato, el necesario para que, en la fijeza de tu mirada, se muevan, retrocedan, se reclinen, bajen la cabeza, conversen, porque, aunque hay silencio, el mundo que evocas no es silente.

Sat, Jul 7, 9:31 PM

H: Sé lo complicado emocionalmente que estás.
C: La fatiga es también física de tanto hablar y hablar y hablar, por gusto.

¿Qué sabes tú de la tristeza de esta pérdida (para él, para ti, para todos)? El otro espera una palabra, un gesto, o no espera nada, ni palabra ni gesto, sino silencio que no es apartamiento, que es acompañamiento de sí mismo contralas frases de ocasión, repetidas hasta la fatiga, de los otros, que no querría escuchar más, o, en su lugar, la conversación, breve, puntual, que omita la exageración, en el dolientey el que se con-duele,si es que eso fuera posible —con-dolerse, estar con y en el dolor del otro y, además, creíble... Estar presente sin que esa presencia se delate a sí misma como fuera de sí, para síen vez de para el otro

Mon, Jul 9, 7:59 AM

H: ¿Cómo pasaron la noche?
C: "Estable" dentro de un cuadro sumamente crítico. Un par de doctoras del turno de la noche como salidas de un filme de horror; a una de ellas no puedo dejar de pensar en denunciarla, demasiada la traza de asesina. No, no es una broma, y ¿cómo voy a estar para bromas yo en este momento?

¿Qué podría ser "cómico" en esta hora? ¿Es la alegría una risa incesante? Esa mueca más de dolor que de gozo. De dolor, porque se está incómodo incluso con uno mismo. Aquíno hay nada cómico. Pienso en los hospitales de campaña en que enfermeras y monjas por igual se entregan a aliviar el dolor de las heridas absurdas e innecesarias de las guerras. Pienso en los médicos que renuncian a la comodidad del consultorio en una barriada elegante y tranquila por la incomodidad y la inseguridad de lugares remotos, donde hombres y mujeres nunca han visto a un doctor. En las instituciones de cuidados de la salud del primer mundo sólo los premium insured peoplereciben un trato deferencial, porque "producen dinero", los otros tienen un acceso "democrático" a esos "cuidados de salud": a cada cual según su póliza de seguro.

Tue, Jul 10, 11:52 AM

H: ¿Cómo está la cosa?
C: Noche absolutamente tranquila... Duerme y abre los ojos si se le habla al oído... nos hemos asegurado de que cualquiera que sea el desenlace, lo vivamos en paz.
H: En cualquier cosa que pueda ayudar... Si necesitas que me quede para que puedas salir a asearte o lo que sea, me lo dices.
C: Gracias... Hasta ahora mi hermano y yo hemos sabidoturnarnos.

En esos momentos en que el dolor, la incomodidad de estar viviendo lo que sabemos,pero hacemos a un lado, lo que se ansía es la paz... Pienso en las monjas consagradas al cuidado de los enfermos, de los ancianos, de los que están en situación terminal—como si no estuviéramos todos en situación terminalesdesde el mismo comienzo—, pienso en ellas y pienso que lo que las sostiene es la paz que encuentran en estar cerca de la verdad. La paz que no es la ausencia de dolor, sino la asunción de la verdad, esa verdad, la que sabemos todos, sin angustia ni miedo: no la paz del mundo, sino la paz de la verdad. En la verdad.

Wed, Jul 11, 9:26 AM

C: ... Ha sido un día muy duro en todos los sentidos... No he parado de responder llamadas que, en realidad, en su mayoría, me ponen de mal humor.
H: ... Solo estaba preocupado
C: ... La mayoría llama o se interesa para quedar bien con su buena conciencia, y yo me debo ahora a mi madre... Aquí estamos luchando contra dos hidras: dos cánceres (el de mi madre, los de mi madre) y los del sistema.
H: Por momentos hubiera querido encontrar personas como tú, en lugar de otras que se abrazaban a la fe esperando un milagro: seguir aquí.

La religión instrumental, la fe como bálsamo... Lo único que Jesús enseñó a pedir fue pan, el pan nuestro de cada día... Lo demás fue alabanza y perdón, el Reino y la vida eterna, si es que esas cosas
pudieran alcanzarse por separado. Todos piden, pídele que te dará... salud, prosperidad, larga vida. Si es verdad que aman tanto a Dios, ¿por qué quieren vivir tanto? ¿Por qué no deseanver Su rostro? Lo que impide creer, lo que verdaderamente ha hecho increíblela fe no es el pecado de los creyentes, es la falacia de pedir otra cosa que no sea pan para todos —danos hoy nuestropan de cada día, a todos, a nosotros. ¿Quién puede creer si los guardianes (y garantes)de la fe no son testigos de nada, sino de la tradición secular de imponerles a los otros cargas que ellos no asumen? El Reino no es de este mundo.

Sat, Jul 14, 9:56 AM

C: Mi madre habla de nuevo, vuelve a ser ella, pero sigue medio desorientada o, a ratos, totalmente. Hasta me hizo reír ayer. Ahora mismo el enemigo principal es el hospital, con su exasperante ineficiencia y su crueldad. Te das cuenta de que el objetivo es hacer dinero, no salvar vidas.
H: Esa es, más o menos, la historia de los servicios de salud por acá. Espero que haya instituciones y personas que escapen a esa generalización.
C: Estamos en la fase más peligrosa: mejora relativa del paciente, que es cada vez más dejado de lado y hasta abandonado por el hospital, y fatiga física y mental de los familiares.

El cansancio tiene muchos detractores, entre ellos santos y doctores... A casi todos les parece que el cansancio es un síntoma que sanar, una evidencia de un desajuste físico o mental. Sacerdotes o psicólogos te recetan toneladas de prescripcionespara evitar que el cansancio, en su rancio y lento andar, te arrastre a la depresión, te ponen a rezar o te dan terapia. Estar cansadoresulta insostenible para los modernos —la acción, el combate, la prestancia, nada de postraciones. Aun así, pienso que el cansancio es naturaleza muertaen mi cuerpo, nuestro cuerpo, vivo... Está ahí, llega, es resultado de ser y de estar, no lo arrincono a fuerza de pastillas, o remedios, o terapia, o rezos, no me lo cargo a fuerza de convicciones y entusiasmos siempre pasajeros, quizás más reprobables que estar cansado, que no ser... Ni me asusta ni me alarma, convivo con él, pero no dejo que me arrincone. En este camino cuesta arriba, esta noche oscura, el cansancio me acompaña como aquel aguijón en la carne de san Pablo que lo hace fuerte en la debilidad. El cansancio, ¿no me hace débil? Entonces en él tengo mi fortaleza. 

Mon, Jul 16, 9:51 AM

H: Buenos días. Leyendo tu mensaje de anoche pienso en lo muy ocupado que estás. Pero esta es la hora de los hijos. Me parece bien. Nos ponemos de acuerdo para vernos el miércoles.
C: Esta es también la hora de la intransferibilidad. Y en la soledad de lo intransferible, algunos (los más), "desde fuera", no logran dar en el blanco, ni por exceso ni por defecto. Hasta hay quien cree que lo mejor es hacerse el tonto y seguirte hablando como si nada hubiese pasado. Otros se exceden, delatándose en su presunta solidaridad. [...] El día que me toque irme espero no haber perdido la razón y poder disponer de un fin lo más higiénico y expedito posible, lejos de toda compasión.

El díay la horason cosas del Padre, ni los ángeles del cielo lo saben, dice Jesús. Nos queda vivir, no con despreocupaciónestilo New Age, esa religión de la everlastingadolescence, sino con la libertad de ser, cada vez más, uno mismo, en y con nuestros misterios, secretos y dolores, nuestras lecturas y pasiones, los anhelos que nos constituyeron alguna vez y los que nos hacen ser, o desear ser, ahora.

Tue, Jul 17, 10:02 PM

H: Sin ánimo de que me respondas, por lo tarde que es. Salgo para Cuba el próximo 24. Un abrazo,
C: Nos veremos antes. Espero que entiendas mi situación. Desde las cinco de la tarde mi madre ha perdido la razón que es como perder la vida. [...]Perdóname, de veras, si sueno a algo de lo que no tengo ni idea ni voluntad, pero ahora mismo apenas hay espacio en mi para nada normal. Ni siquiera se trata del dolor de perder a mi madre (para eso nunca se está listo, pero se puede entender), para lo que no estoy ni estaré jamás preparado es para la muerte de la razón. Ya hablaremos.

Pensamos siempre que estamos preparados para eso que la teología llama los novísimos,pero en verdad para lo que malamente estamos preparados es para perorar sobre ellos, queriendo impresionar a los que nos oyen (casi nadie escucha) o nos leen (por arribita). No puedo pensar en perder la palabray pienso en por qué llamar novísimosa lo que no es nuevo, a las cosas que sucederán al hombre al final de su vida, la muerte, el juicio, el destino eterno... Por lo menos la muerte nos es común, como dato y certeza —la ajena por lo menos, la propia se nos antoja desfigurada en un tiempo que avanza y retrocede. Frente a este novísimo, ¿qué es la razón? ¿Articulación según la define la academia, real y española, como "pronunciación clara y distinta de las ideas"? Muy cartesiano. Creer es duda aplazada, creer en algo o alguien, aplazar la duda; los que no creen se llenan de la certeza de que estoes cuestión de ahora,de ahí la desfachatez de lo banal, el artificio de lo intelectual, el cinismo comprado en los supermercados, bisutería de los profundos, arropa, viste, la desnudez nuestra, esa con la que vinimos y, como huella de cultura, la visten parairnos. Prefiero la duda, y cuando losmonstruos de la razónestén muy cerca, cuando esas causas y estos otrosazares estén rodando la cabeza, el corazón y las tripas, entonces afirmar un credo que repitas todos los días, no como mantra, no, sino como jaculatoria

Wed, Jul 18, 6:26 AM

C: Buenos días. Mi madre no es visitable. Había "mejorado" algo, pero se ha vuelto a derrumbar. Tendré un breve receso entre 7:30 y 9 de la mañana. Lo mejor es vernos a las 8:30 en el lobby del hospital para un muy rápido café.

7:31 AM

H: Acabo de ver tu mensaje. Salgo para allá.

El interregno. El momento en que el estarcobra una dimensión desconocida, sobrecogedora, que avistamos alguna vez pero que dejamos a un lado, como ese libro que no queremos seguir leyendo, que sabemos que nos va a desgarrar, o como ese otro que no queremos acabar y nos demoramos en sus páginas. El momento de cruzar el río, de asirnos a la barca que nos devuelve a la soledad, es el momento en que nos vemos repetidos en consecutivas aguadas de la mano de mamá o de papá, con suerte de los dos, de la mano del primer amor —o del segundo, para algunos el tercero, para otros ninguno—, y de esos que un día rieron tomándose un café o fumándose un cigarro a nuestro lado, cuando parecía que el río y la barca y el silencio no eran otra cosa más que pretextos para parecer inteligentes, interesantes. La pascua... pasar hacia el otro lado, con suerte, reconciliados con todos esos que fuimos dejando de ser durante el camino

Thu, Jul 19, 8:18 AM

C: Buenos días. Lo peor para mí, todavía está por delante, cuando ya no queda nada que hacer por mi madre, salvo seguirla esperando mientras me acompaña. Por ahora tengo que ocuparme de estas gestiones macabras de disponer de sus restos y organizar alguna ceremonia de hasta luego.

...

Kafka, Diarios (1920)

Del cuaderno en que Franz Kafka registraba sus impresiones diarias, los apuntes tomados en 1920 que lograron sobrevivir a la voluntad de d...