I
S. me enseñó una
entrada muy buena en twitter: no se eligió una “cara nueva”, sino que América
—esa apropiación indebida por los estadounidenses— se quitó la máscara. ¡Qué
bien está eso! En pocas palabras, una vasta realidad.
II
En una situación normal jamás le habría dado mi
aprobación a Hillary Clinton para ocupar la presidencia ni de este, ni de
ningún país, ni para ningún cargo político, sobre todo por aquella risotada
cuando le informaron de que Gadafi había sido linchado… Esa risotada nos dice,
que sí, que es una “nasty woman”. [Además de las otras conocidas, y no tan
conocidas, tropelías del clan Clinton.]
III
Debut y despedida:
tras apenas unos meses en la Casa Blanca, la Academia sueca le otorgó al
presidente Obama el Premio Nobel de la Paz,
unos meses después envió cerca de treinta mil efectivos a Iraq. A escasos meses
de dejar Obama el inmueble presidencial, la Academia sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura a alguien que
nunca ha escrito ni una línea [de literatura, quiero decir, y dejemos a un lado
la pendejada de que las letras de sus canciones son poesía, respetemos la
poesía], Bob Dylan.
IV
Es siempre una
alegría leer a Andrés Reynaldo. Recomendaría su lectura a todos, piensen lo que
piensen del cielo y de la tierra, de lo divino y de lo humano, de política y de
religión —un sano placer lectivo. Nocivo puede ser, tóxico, sus opiniones y las
lecturas de los hechos son [muy, pero que muy] ideológicas, de un irrealismo
impresionante. Pero eso se quita, su lectura no empercude. Incluso, propusiera
y votara por que lo publicaran en Juventud
Rebelde los domingos —él por un lado y Taladrid por el otro. En Granma, no. Demasiado serio. Y la plaza “P’alante”
ya tiene dueño: Carlos Alberto Montaner. ¿Por qué me acuerdo de ellos si estaba
escribiendo, o quería escribir, sobre el hombre con nombre de pato y las
elecciones?
V
Llevo a L. al
catecismo, a una sesión especial de Catecismo, una clase de Catecismo privada, a make-up Cathecism class, porque
resulta que L. pierde algunas clases los sábados por sus juegos de pelota y,
¡ay!, una clase perdida invalida la posibilidad de que reciba el sacramento de
la Confirmación en mayo próximo. Es viernes por la mañana, las oficinas de la
iglesia están abiertas, el sacerdote me recibe, quince minutos más tarde de lo
acordado (yo no puedo llegar tarde, no, es
una irresponsabilidad, me dijo un
día) y le pido que, por favor, me excuse porque tengo que ir a la farmacia a
buscar una medicina para mi madre, que regreso en seguida, y qué me dice el
sacerdote, que no, no puedo irme y dejar a L. solo. Le digo solo no, con usted.
Y me dice ese es el problema, no puedo estar solo con un niño, son las reglas,
me dice. Pero, padre, le digo, la fe es confianza, yo confío en usted, qué Dios
usted le enseña a L., cómo creer, confiar en alguien que no vemos, si no
podemos confiar en alguien a quien vemos. Algo está torcido aquí. Y dice el
padre que la gente se va de la iglesia porque no conoce su fe, porque no sabe cuántas cuentas tiene un
rosario, ni la diferencia entre pecado venial y mortal. No hay peor ciego que
el que no quiere ver.
VI
Escribí la entrada
correspondiente al ocho de noviembre del diario de Céspedes en el que comenta
sobre el proceso de deposición que la Cámara siguió en contra suya, y anota:
“asco, asco, asco”. El mismo asco que siento este día de elecciones. Tener que
votar por la asquerosa de Hillary para que no salga el más asqueroso del candidato
con nombre de pato. Mejor no votar. Me fui a casa de A .y conversamos largo
sobre su proyecto de escritura de un libro sobre fenomenología del que no
entiendo mucho pero parece interesante. ¡Fenomenología en la era del pato!
VII
Análisis
leninista: el hombre con nombre de pato es el sepulturero del capitalismo; el
Gorbachov que tanto hacía falta. Hay que (re)leerse, al menos, dos obras de
Lenin: “El Estado y la revolución” y “¿Qué hacer?” No es que mañana se vaya a
caer el capitalismo [aunque la historia es mañosa; mañana los bárbaros invaden a Roma y, como sucede en la película cubana “Se permuta”, en que la
protagonista grita desde el balcón de un apartamento habanero, “Oye, esto se jodió”, así puede suceder
aquí], pero la descomposición del sistema es evidente. El hombre con nombre de
pato, por el que el establishment no
daba un centavo político, se paró en un discurso anti-postmoderno,
anti-postnacional, y se llevó lo más anti-democrático de la democracia
norteamericana, los votos de los colegios
electorales, para ser democráticamente electo.
VIII
El ego de la
señora Clinton fue su perdición —no se dio cuenta de la cama que le armaron, o
ellos mismos, los Clinton, el establishment,
armaron la cama con su arrogancia y desprecio de todo, la realidad y las
personas... A quién se le ocurre pensar que, después de tener por ocho años a
un negro en la Casa Blanca, van dejar entrar de Supremo Inquilino a una mujer. After a nigger, a bitch?, dijeron los
pobres y blancos y trabajadores y rurales y desplazados no por los negros y las
mujeres y los latinos, sino por los otros blancos, los que tienen el dinero,
todo el dinero y el poder. Quizás Bernie habría sido un candidato más viable
—más racional, menos vulnerable. El desprecio por las mujeres en esta sociedad
es profundo, concentrado, atávico. Mírese nada más la publicidad, la mujer es objeto
sensual para vender lo que sea.
IX
Los middle-age Cubans están un poco
desconcertados con estos resultados electorales, avergonzados nunca –no hay
lugar para la vergüenza. Hay un silencio en la blogosfera exmilitante de la UJC.
Creo que se mudaron a fb, y hasta
allí, hasta esa granja en la que los
animales no se rebelan, no llego. Quizás alguien pueda informarme… [Leí un
texto de Iván de la Nuez. Un par de cositas. Una cosita, los “proletarios” de
los que habla de la Nuez no son tales por la sencilla razón de que apenas
quedan industrias en los Estados Unidos; a lo sumo podrían ser, según el argot
marxistoide que se aprendió en la Cuba anterior al período especial, obreros agrícolas. No fueron solo los proletarios
ni los pobres, fue una colección de votantes blancos, pobres y ricos,
misóginos, racistas e ignorantes todos… Pero, lo sé, así no se habla desde la política ilustrada. Ciertamente, una
bofetada al establishment que es uno
solo, y del que es parte el hombre con nombre de pato, aunque no le guste,
aunque reniegue, aunque todos digan que es un outsider. Otra cosita, y última. ¿Cuál izquierda? ¿Qué
progresistas? Ni en las elecciones, ni en la vida política norteamericana hay
derechas e izquierdas serias, con un discurso y una acción convincentes. This is a reality show, nothing else. Esto
es una duda, no una pipa. ¿Qué es lo post-democracia?
X
Antes del día de
las elecciones presidenciales, la prensa local publicó la foto de una joven que
llevaba un cartel en el que se leía: Cubana
y Católica, Voto por Trump. No hubo una posición de la iglesia, pero el
sentir en las parroquias favorecía al candidato “pro-vida”. En Miami, el apoyo
al hombre con nombre de pato era abierto y contumaz. A mí me avergüenza esa
ideologización de la “fe” de los cubanos de Miami. Me avergüenza porque me
siento engañado, ahora comprendo que jamás les interesó ninguna libertad, ni
justicia, les interesaban sus intereses perdidos, su condición de propietarios
intervenidos. Me avergüenza porque ni siquiera se dan cuenta de que apoyando a
semejante personaje hunden la práctica de la iglesia en el lodo de la exclusión,
los privilegios, la vulgaridad… Ya verán como les sale el “pro-vida”. [Tengo la
sospecha de que las prácticas de esta administración serán tan inestables,
soberanamente arrogantes, vacías de todo sentido ético como el personaje que “endorsaron”
y por el que votaron] Pero es “pro-vida”,
se oirá un sonsonete de fondo.