Hoy descubrí y me leí de un tirón el blog de Eduardo del Llano
Eduardo y yo tenemos poco en común
El nació en Moscú en octubre de 1962 y yo en La Habana en agosto del siguiente año
Casi seguro que fue pionero desde el primer grado, yo tuve que esperar hasta cuarto grado y gracias a la generosidad y comprensión del maestro que tuve ese año
Estudió en la Vocacional Lenin y a mí ni se me podía ocurrir semejante osadía; su familia estaba integrada y la mía desintegrada
No sabe bailar, yo sí
No le gusta el deporte, ni le emociona, a mí las dos cosas
En cuanto a música, estamos ahí, ahí, fifty-fifty: el rock que solo podía escuchar en el programa "Now", lo compartimos, el gusto por la trova tradicional y nueva (no sé nada de la Novísima), pero creo que me gusta la salsa un poco más que a él
No tuvo que ir al servicio militar obligatorio y yo tuve la obligación de pasarlo
Algo en común (que a la vez nos separa): se graduó de la carrera que yo debía haber estudiado pero no lo sabía
Eduardo tuvo una presencia social en los medios que a mí me aconsejaron no tenerla, en aras de preservar la unidad revolucionaria
Otra comunidad (esta vez de opinión): recuerdo su artículo en "El caimán barbudo" sobre el sentido de opinión de los cubanos, me pareció (me parece) original, heterodoxo y bien escrito. Disfruté, como muchos de aquellos lejanos ochenta, Nos-Y-Otros, un humor inteligente, sin concesiones
Él se quedó, yo me fui
Pero leyendo todas sus entradas hoy tuve la certeza que por encima y por debajo de las (posibles) diferencias y comunidades, compartimos algo que nos fue dado: dicho con pedantería (creo que otra cosa que compartimos): Zeitgeist