miércoles, 22 de mayo de 2013

Diario, May 2, 2013

Hoy siento el deseo de leer el flos sanctorum que leí cuando tenían quince, dieciséis, o diecisiete años… la misma edición… en el mismo lugar… ¿una manera de conjurar el tiempo?

De casualidad encuentro este artículo de noviembre del 2008, y publicado en el periódico argentino "La Nación", escrito por Tomás Eloy Martínez. El artículo es una conversación con Luis Harss, el legendario creador del canon de boom. Y éste dice en unas simples palabras, lo que yo he dudado en confesarme a mí mismo sobre algunos grandes de la literatura cubana. Sale ganando GCI. Ahí van algunas consideraciones que copio para nunca olvidarlas:

[Sobre Alejo Carpentier] Estoy tratando de recordar cuál fue el nexo con él. Su nombre sonaba mucho. Se hablaba de él como un candidato al Nobel. No me gustó cuando lo conocí. Era untuoso, rimbombante. Me pareció un oportunista encabalgado en la montura de la revolución cubana. Un tipo muy pretencioso, pero erudito, musicólogo, historiador, un típico intelectual latinoamericano con aspiración a la trascendencia universal.

[Sobre Cabrera Infante]… no había publicado todavía Tres tristes tigres, que salió cuando Los Nuestros ya estaba en pruebas de galeras.[…] El Chino, como le decían, era también así en la vida diaria. Abrumador. De cada palabra sacaba ríos de sonidos iguales, nuevos sentidos y contrasentidos. Jamás descansaba. El único alivio era tener cerca a Miriam Gómez, su esposa, una mujer extraña y encantadora que había dejado su carrera de actriz en Cuba por él.

[Sobre Lezama Lima] Cortázar lo puso de moda. Pero eso fue después de que salió Los nuestros. A mí no me impresionó. Hay que decir que la primera edición de Paradiso [publicada en 1966 por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)] fue muy confusa, casi ilegible. Y ya nunca le tomé el gusto. Me encontré con una prosa libresca y farragosa, como de un adolescente onanista atragantado de lecturas. Una especie de ostentación tropical, afiebrada, de cultura. En eso se parecía a Carpentier.

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